Las dotes interpretativas de Pablo Amorós quedaron de manifiesto en la actuación que puso el punto final a la XXXVI edición del Ciclo de Conciertos de Música Clásica. Un recital de piano, en el que los espectadores del salón gótico del castillo disfrutaron de dos piezas de Ludwig van Beethoven. Este 2020 está dedicado a este célebre compositor, al conmemorarse los 250 años de su nacimiento. El otro autor que cobró vida en la actuación fue Enrique Granados, con su Allegro de Concierto como primera composición, y un bis como conclusión.
Nacido en Córdoba, Amorós ha estado presente en grandes escenarios del mundo, con conciertos en Inglaterra, Italia, Francia, USA, Perú o China. Obtuvo las máximas calificaciones en el Conservatorio de su ciudad natal, y recibió formación de grandes del piano como Alicia de Larrocha o Joaquín Achúcarro.
Nacido en Córdoba, Amorós ha estado presente en grandes escenarios del mundo, con conciertos en Inglaterra, Italia, Francia, USA, Perú o China. Obtuvo las máximas calificaciones en el Conservatorio de su ciudad natal, y recibió formación de grandes del piano como Alicia de Larrocha o Joaquín Achúcarro.
Sin partituras, Amorós hizo gala de su estilo comunicativo y expresivo, que encandiló al público presente. Además, el músico debía haber sido el artista invitado en la actuación de la Orquestra Simfònica de Peníscola para este año. Este espectáculo suele ser la clausura del ciclo desde hace años, pero las circunstancias derivadas de la pandemia han impedido su celebración. Un espectáculo centrado en el Año Beethoven que esperan acontezca en el 2021.
BALANCE
Los cuatro conciertos que han conformado esta edición del evento cultural peñiscolano contaron con una calurosa respuesta del público. Todas las noches quedó completado el aforo del salón gótico, que estuvo limitado en cumplimiento de las normas de prevención contra el covid. Unas 320 personas disfrutaron de las actuaciones, con separación de sillas, uso de gel hidroalcohólico en la entrada y uso de mascarilla en todo momento. De esta manera se pretendió preservar la continuidad de esta propuesta con medidas de protección. Los asistentes abonaron un precio de entrada simbólico de un euro, cuya recaudación va destinada a la asamblea local de la Cruz Roja.
Como en los años anteriores, la Asociación Musical Virgen de la Ermitana de Peñíscola, con dirección de Salvador García Sorlí, se encargó de la organización y coordinación del ciclo, con el patrocinio del Ayuntamiento de Peñíscola, la colaboración de la Diputación de Castellón y el Castillo de Peñíscola. En este 2020 no fue posible la celebración de citas tan emblemáticas como la Misa del Pescador, que suele abrir el festival en la parroquia de Santa María, y la actuación de la Orquestra Simfònica de Peníscola, que lo cierra en el Palau de Congressos. La organización confía en que el año próximo pueda recuperarse la costumbre.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada